Hace un
par de semanas tuve el placer de asistir a una sesión face to face con el
coaching ontológico. La base de este tipo de disciplina se aplica al lenguaje y
cómo éste genera ser.
Esta
metodología combina lenguaje, emoción y cuerpo en un intento de ayudar al otro,
convirtiendo el espacio en una burbuja ya de por sí útil para iniciar el
proceso.
El
lenguaje no es inocente, hemos comprobado en entradas anteriores que los actos
lingüísticos dicen mucho de quién los interpreta. ¿Qué se esconde detrás de
nuestras conversaciones? Son muchas las afirmaciones, declaraciones, juicios y opiniones que accionamos al hablar y van dando forma a nuestro criterio. Esta revisión es la base del coaching
ontológico, el lenguaje genera SER.
SER, es
también la base de mi blog, junto a todo lo que crece y lo que se esconde,
actos de aprendizaje
y voluntad en cada texto.
La
jornada sirvió también para cruzar, estilo personal, experiencia, juicio, conocimiento,
naturaleza, humanismo, filosofía, y todo lo que en aquella tarde pude recordar
con corporalidad. De una manera sutil fuimos conscientes del control de nuestro
cuerpo, frente al pensamiento, dejando fuera
‘’el lorito’’ (diálogo interno) y rindiéndonos ante la fuerza de la
tierra.
Desde
entonces, animo a mi cuerpo a coincidir con su sombra.