15 de julio de 2016

El verano es algo más que tiempo.


Arrancan las semanas de vacaciones por excelencia en las que pensamos a qué dedicar el tiempo libre. Inhala, exhala y haz mucho más de lo que te gusta. El verano es algo más que tiempo.

Vivir un día tras otro, siempre lo mismo,  hace que el trabajo pierda valor para su principal protagonista. Visto en los ojos de otros, tienen mucha importancia las tareas repetitivas porque de no existir, llegarían incidencias. La rutina si no es aceptada, produce desgaste profesional y empiezan a aparecer síntomas como agotamiento emocional, pérdida de compromiso o entusiasmo.  A todos los trabajos les llega el desánimo.

El líder es el que hace que las cosas sucedan y como tal, debe transmitir calma y seguridad al animar a las personas a exigirse por encima de sus posibilidades. Esas unidades de esfuerzo miden las metas que merecen la pena.

Esta semana preguntaban en la radio por experiencias gratificantes con tu jefe. Obviamente entraron llamadas cuyos audios reflejaban a personas generosas y cercanas, con gran éxito en los negocios. El buen tono y la cercanía, no están reñidos con el directivo eficaz.

Es interesante señalar la función del líder como gestor de oportunidades, aquél que dirige teniendo en cuenta todos los recursos disponibles y asigna proyectos como oportunidades. A menudo me comentan situaciones laborales incómodas y cerradas a voluntad de unos pocos que no revisan su manera de hacer las cosas.

A la vuelta de vacaciones te esperan nuevos retos a los que enfrentarte. Si no te reciben nuevas propuestas, busca tu propio desarrollo afrontando la tarea desde tus fortalezas y buscando la manera de sacarle partido. Evita comparaciones, harás una mejor lectura de la situación, las creencias no se ajustan a la realidad de forma precisa.

Si escribo estas páginas es para pensar que se puede poner en marcha una nueva forma de actuación. En breve, volveré con un post que inspire a conseguir que las personas deseen y trabajen por alcanzar sus metasGRACIAS por leer cada semana estos párrafos, el hecho de hacerlo, valida  la gestión del talento y otras acciones vistas en entradas anteriores. Pese a lo desconocido que es, puede decirse que las empresas que ponen en práctica una buena gestión al servicio de sus clientes- internos y externos- lo hacen bien y en consecuencia son buenas. El resto, a mi modo de ver, pone freno a la acción cuando decide no implantar iniciativas que lideren el cambio en Recursos Humanos. El entorno laboral es cada vez más exigente.

Por fin llegan los últimos días para dejar atrás la prisa.

11 de julio de 2016

Prueba a hacer lo que sabes

En alto rendimiento cuando un equipo cumple, vale más que la suma de sus miembros. El conjunto alcanza una dimensión superior cuando el mix de roles cierra el círculo. Bienvenidos al poder del trabajo en equipo.

Todo el que trabaja unido no necesariamente trabaja en equipo. Este concepto muy extendido, es tan amplio como la confusión que genera en los grupos. La gran mayoría nunca han trabajado en equipo. 
Un equipo natural con una identidad definida que valida insights colectivos, nunca falla. Es casi una máquina perfecta. Como tal, planifica un mantenimiento sistémico intervenido cada cierto tiempo, por un externo (superior inmediato, coach) que revisa el reparto de roles y la verificación de su compromiso. Estos equipos tan eficaces, supervisan roles, objetivos y tiempos sin perder de vista su energía y principalmente su nivel emocional.

De momento, para dirigir estos equipos no vale cualquiera. 
Obviamente los líderes son personas a los que el  talento complementa a un estilo personal único, con alma y no al revés. Esta es la verdadera diferencia. La personalidad es la que termina por distinguir a las personas con talento y las hace únicas para mantener el ritmo y la circularidad del equipo.

El colaborador es clave en el desarrollo operacional, más que los recursos, por tanto es tarea del líder conseguir que el conjunto supere ampliamente el potencial de la suma de sus partes.

Puede que en tu entorno sigan líneas de actuación muy marcadas que no dejan espacio para crear y seguir tu instinto. Si de verdad quieres hacer lo que sabes, prueba un grupo Mastermind.

Un grupo Mastermind es una Comunidad Profesional Privada formada por un grupo de personas que se reúnen para intercambiar contactos y conseguir propósitos definidos tanto en el ámbito personal como en el profesional. Cuando un grupo de personas se compromete con un Mastermind, se dice que se crea una “mente adicional” o “mente maestra”.

El concepto Mastermind es muy útil para que puedas poner en valor tu talento, compartiendo tiempo con personas con los mismos objetivos.

Normas que un Mastermind exige:

-Puntualidad
-Las reuniones presenciales se celebran una tarde al mes.
-Cada participante debe pertenecer a una actividad profesional distinta.
-Se requiere asistencia salvo causa justificada.
-Los miembros se comprometen a mantener en secreto el contenido de las reuniones.
-Los teléfonos móviles deben permanecer apagados o en su defecto silenciados.

Los miembros mantendrán en todo momento un alto grado de profesionalidad y cordialidad en un ambiente distendido.

Para formar parte de un grupo Mastermind necesitas ser propuesto por un miembro y conseguir la aceptación del facilitador de grupo.

Cada vez más personas comprueban los beneficios de estas reuniones, en las que se ponen de manifiesto fortalezas individuales distintas al resto que enriquecen al grupo. Normalmente los grupos mastermind giran en torno a una temática aunque en ocasiones, se valora a personas que contribuyen con distintos puntos de vista aumentando los recursos.

Valorar desde una vertiente realista y productiva, es sin duda, un plus a la hora de relacionarte con personas afines. Ese aporte mutuo, con respeto, hace que con el tiempo veas cambios visibles como persona y profesional.

Algunos de los honestos y apasionados miembros Rebeca
Recomiendo esta unión de buenas intenciones por mi experiencia en REBECA, mi grupo de coaching. Nos conocimos iniciando formación en Coaching y desde entonces, nos reunimos para supervisar procesos, para compartir bibliografía o simplemente para disfrutar en buena compañía. Juntos firmamos un compromiso con el aprendizaje que actualiza nuestra identidad de grupo.

Aún sin reunión planificada, me aporta el simple hecho de sentirme miembro. Juntos hemos crecido cediéndonos espacio, subiendo el volumen de nuestro propio diálogo o silenciando para siempre creencias no válidas. Algunos han ahogado recuerdos para disfrutar hoy de nuevos proyectos que encaminan con éxito. Otros siguen pendientes, esforzándose en la búsqueda adecuada. Desde esta perspectiva llegarán resultados porque detrás de cada ilusión se encuentran p e r s o n a s conscientes de la importancia de abonar el Yo en dónde siempre crece algo.

Todo esfuerzo que se invierte en uno mismo tarde o temprano da fruto, así se disfruta el camino sin agobio.


Ahora sé por qué mi vida es tan entretenida.