Arrancan las semanas de
vacaciones por excelencia en las que pensamos a qué dedicar el tiempo libre. Inhala,
exhala y haz mucho más de lo que te gusta. El verano es algo más que tiempo.

El
líder es el que hace que las cosas sucedan y como tal, debe transmitir calma y
seguridad al animar a las personas a exigirse por encima de sus posibilidades.
Esas unidades de esfuerzo miden las metas que merecen la pena.
Esta
semana preguntaban en la radio por experiencias gratificantes con tu jefe.
Obviamente entraron llamadas cuyos audios reflejaban a personas generosas y
cercanas, con gran éxito en los negocios. El buen tono y la cercanía, no están
reñidos con el directivo eficaz.
Es
interesante señalar la función del líder como gestor de oportunidades, aquél
que dirige teniendo en cuenta todos los recursos disponibles y asigna proyectos
como oportunidades. A menudo me comentan situaciones laborales incómodas y
cerradas a voluntad de unos pocos que no revisan su manera de hacer las cosas.
A la
vuelta de vacaciones te esperan nuevos retos a los que enfrentarte. Si no te
reciben nuevas propuestas, busca tu propio desarrollo afrontando la tarea desde
tus fortalezas y buscando la manera de sacarle partido. Evita comparaciones,
harás una mejor lectura de la situación, las creencias no se ajustan a la
realidad de forma precisa.
Si
escribo estas páginas es para pensar que se puede poner en marcha una nueva
forma de actuación. En breve, volveré con un post que inspire a conseguir que
las personas deseen y trabajen por
alcanzar sus metas. GRACIAS
por leer cada semana estos párrafos, el hecho de hacerlo, valida la gestión del talento y otras acciones vistas
en entradas anteriores. Pese a lo desconocido que es, puede decirse que las empresas
que ponen en práctica una buena gestión al servicio de sus clientes- internos y
externos- lo hacen bien y en consecuencia son buenas. El resto, a mi modo
de ver, pone freno a la acción cuando decide no implantar iniciativas que
lideren el cambio en Recursos Humanos. El entorno laboral es cada vez más
exigente.
Por fin llegan los
últimos días para dejar atrás la prisa.