23 de junio de 2014

Tálanton- Mi tesoro



No hay nadie que pueda saber lo que sucederá mañana, lo que sabemos es que ciertas tendencias indican que el mundo cambiará notablemente. Sabemos que la población continuará creciendo, que la tecnología cada vez más nos aproxima a vivir en un estilo ni siquiera imaginable y que ciertos países como China, Rusia y otros, serán decisivos en la economía mundial. Estas condiciones, harán que probablemente cambiemos de trabajo e incluso de sector, no sabemos cómo será el futuro ni lo que nos espera.
Ante esta situación, parece más que necesario buscar nuestro talento natural, para salir fortalecidos y afrontar de la mejor manera los cambios que tengamos que asumir.

Si nuestra solución pasa por dedicarnos a aquello que sabemos hacer muy bien, tendremos la convicción de que al hacerlo, al menos, seremos mucho más felices.
Los griegos llamaban tálanton al platillo de la balanza y, por extensión, también a las cantidades de metales preciosos que ponían allí para ser pesados. En épocas posteriores, tras una nueva evolución del término, se llamó talento a diferentes monedas que circulaban en varias ciudades del mundo helénico.Fue como nombre de moneda que talentum llegó más      tarde a Roma, hasta que a cierta altura del desarrollo del Imperio,                       adquirió el significado de 'tesoro'.
 
La palabra aparece por primera vez en castellano en el Fuero de Avilés (1155), ya con el sentido de 'inteligencia' o 'dotes intelectuales'. Corominas presenta la hipótesis de que este cambio de sentido en nuestra lengua puede deberse a la parábola evangélica del servidor que obtuvo lucro de los talentos (tesoro) que le habían sido confiados en custodia, a diferencia de otro, que enterró el tesoro que le había sido entregado sin extraer de él ningún provecho, lo que habría dado origen al significado de talento como 'dotes naturales'. 

Todos tenemos talento natural, incluso puede que más de uno. Esta condición nos posiciona para aspirar a obtener la  productividad más alta y sacar el máximo provecho de nosotros mismos.
Sabiendo que puedes iniciarte en la búsqueda del tesoro, es decir tu talento, puede que hasta te lleves sorpresas, consulta a personas de confianza, ellos sabrán decir lo que haces bien y tendrán para ti valiosas pistas.
Si ya lo conoces pero no estás animado, es hora de intentarlo. ¡Adelante! El mayor fracaso habrá sido no intentarlo.
No ceses en tu búsqueda y piensa, ¿De qué modo eres inteligente?