28 de agosto de 2014

3 FACTORES PARA EL RENDIMIENTO ÓPTIMO





Más allá de puntuaciones, del salario y de las evaluaciones de desempeño, existe una característica clave, a tener en cuenta en el rendimiento óptimo. EL DESEO.


Admiro a los deportistas que cada día entrenan un mínimo de ocho horas para batir sus propias marcas y lograr sus objetivos. Es además, mucho más duro que en cualquier profesión, porque apenas existe diferencia entre ellos.


El número uno de la lista de mejores del mundo en cualquier disciplina, posiblemente tenga con el deportista cuatrocientos una diferencia mínima.


En la liga de los que quieren mejorar en su actividad, distingo 3 factores que unidos, alcanzan inevitablemente  un buen rendimiento.

La necesidad de alcanzar un logro-


La autoestima es importante para el desempeño. Cuanto mejor se siente una persona con respecto  a sí mismo y a sus capacidades, mayor será la probabilidad de que tenga un buen rendimiento.

En parte las personas hacen cosas porque pueden hacerlas. Hacerlas nos hace sentir bien y continuamos haciéndolas porque sentimos que mejoramos aún más.

Dedica tiempo a pensar en lo que hay en ti, será tu mejor marca.

El deseo-

Cuando a alguien le interesa un tema, no tiene ningún problema en dedicarle toda su atención.

Más allá de cualquier motivación, el deseo vehemente de aprender hace que el aprendizaje sea inevitable.

Si esto no se produce, entonces desarrollamos una atención selectiva en la que descansamos por períodos, divagamos y es aquí donde reside la pérdida de concentración que nos lleva a perder en rendimiento.

El interés de contribuir-

Si una persona puede ayudar a que otros comprendan el valor de  lo que hacen y la forma en que ello contribuye al todo, está ayudándolos a lograr un rendimiento óptimo. Ser parte de algo común y a la vez, desarrollar a otros, genera motivación añadida y orienta a resultados.

 

Los pequeños datos que hay en ti, pueden parecer piezas inconexas pero no lo son, dedica tiempo a pensarlas para enfocar tu objetivo y hacer fuerte el deseo por cumplirlo.

Si te interesa este tema puedes ampliar información en:



El elemento- ROBINSON K.Grijalbo, Barcelona

Focus- Goleman D., Kairós 2013

19 de agosto de 2014

EL CHICO DE LA PISCINA



Ya estoy de vuelta en la oficina, después de unos intensos días en el sur, tierra al-Ándalus de pueblos blancos que define el verano. 

Jornadas en mi silla acompañada de mis libros de playa y juegos en la arena.
Atardeceres infinitos. Descanso.


Planes y más planes liberan la rutina, historias nuevas que recuerdo cada día cuando suena el despertador.
Aquí y Ahora. La historia continua.







El chico de la piscina



Esta no es una entrada de moda. El chico de la piscina se pasea desde las doce hasta las ocho. Tampoco es una entrada literaria, dudo que pudiera  serlo.


Al chico de la piscina le llaman ‘’Controlador’’, su trabajo consiste en vigilar la zona reservada a la piscina. Observa usuarios, cuida y soluciona incidencias.

El chico de la piscina es Rumano. No lleva el año viviendo en España, habla mejor inglés aunque se expresa en castellano. Es agosto y está vestido.

Cuenta que viene  de otro país buscando mejor suerte, aunque después de acumular kilómetros con su mochila cargada de habilidades - en varios idiomas-, no encuentra lo que busca.


A veces, uno no sabe lo que busca hasta que lo encuentra. 


La búsqueda continua de su oportunidad le ayuda a permanecer atento a su entorno. Observa que existen muchas academias de idiomas, a pesar de que sus amigos no las ven. Los españoles no se interesan por otros idiomas. Aunque la temperatura no da tregua, cada día busca su proyecto. Cuando no se ajusta a su deseo, recomienda a un amigo. El amigo al poco tiempo, lo deja. 


El chico de la piscina se extraña porque leo. Me dice que no es habitual leer en las piscinas.


Cada día llegamos antes de cierre para nuestro baño. El chico de la piscina nos ofrece recomendaciones de la zona, consejos inmobiliarios y su sonrisa. Atiende cada petición como si fuera la primera. Llevo tanto tiempo dedicada a esto, que distingo fácilmente los signos.


El chico de la piscina tiene talento. Observa y compara. Tiene mentalidad de superación. No se escapa nada de lo que pueda ver. Identifica, describe, se esfuerza por encontrar la palabra o me la dice en inglés, por si pierdo matices.


Si tuviera que definir su puesto, le llamaría ‘’Explorador’’, porque sabe seleccionar lo adecuado y decir no a lo ‘’inadecuado’’. Explora novedades que abren oportunidades, sin perder el foco en su piscina.


Pronto cerrará por última vez. No habrá nubes en el cielo , ni será fin de temporada.


Simplemente, encontró lo que buscaba.