Puede ocurrir que
sudes cada palabra. Después de ceder hasta la voluntad con algún experto
cercano de esto y lo otro, hoy mi guiño es para el feedback.
Y eso que hasta
ahora, nunca había sido tan demandado. No hay visitante en la red que no
dedique un puñado de palabras a definir su estado para las amistades virtuales. Otros, prefieren
orientarse al me gusta, o a opinar dejando huella. En todo caso, es una forma
de intercambio interpersonal de información.
No es difícil
reconocer que, a menudo, nos sentimos desbordados por tanta información y que
en cuanto uno se descuida, le asaltan millones de comentarios. Otro asunto, es
la llegada al trabajo y el ataque a preguntas, algunas con respuesta, otras no.
Necesitamos prestar
más atención al feedback, qué decimos y cómo lo decimos.
Feedback significa
retroalimentación, dar respuesta o reacción. En el ámbito de la comunicación, el
feedback, se presenta cuando un emisor, envía un mensaje a un receptor a través
de un canal más o menos alterado. Es una acción que revela las fortalezas y
debilidades, los puntos positivos y negativos con el fin de mejorar. No sólo
son palabras, también tiene parte no verbal, la que expresa la imagen y la posición
corporal.
Tal vez, entender
lo que nos dicen, tiene matices. Con frecuencia, matamos al mensajero y no
prestamos atención a los detalles. Ser consciente de lo que proyectamos cuando
hablamos, es una buena forma de ganar la batalla a la voz.
El lenguaje no es
inocente. Nosotros tampoco.
Por un lado, el
deseo de libertad de expresión se presenta con información poco clara. Las
personas no saben lo que se les pide en su trabajo- expuestos a evaluaciones
nunca antes habladas- los muros se incendian y cualquiera puede dejar un estribillo
complicado etiquetado a una imagen. Es frecuente comprobar que personajes
públicos se sienten desbordados por el impulso de sus comentarios. Pero este
deseo, coincide con otro, el de no ser juzgados. Queremos que nos acepten, ser
respetados y aprender en el proceso.
Define y
personaliza tus mensajes, eres responsable, en primera persona. Plántate con tu
voz interior frente a lo genérico y desconfía de las ideas de quita y pon, si
las niegas, serán letras de uso privado.