8 de marzo de 2016

HeforShe

Hoy se celebra el día internacional de la mujer trabajadora. Millones de iniciativas se ponen en marcha con la finalidad de comprometer a gobiernos, instituciones, empresas, universidades y demás agentes sociales para unirse al cambio. Celebrar un día en el calendario, al menos sensibiliza, pero ¿Realmente nos interesamos  por la equidad de género?

En el año 2014, el Gobierno aprobó el “Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016”. En su desarrollo se ha trabajado para:

-Reducir las desigualdades que aún existen en el ámbito del empleo y la economía, con especial incidencia en las desigualdades retributivas.
-Apoyar la conciliación y corresponsabilidad de la vida personal, familiar y laboral.
-Erradicar la violencia que sufren las mujeres.
-Mejorar la participación de las mujeres en los ámbitos político, económico y social y el acceso a puestos de responsabilidad.
-Impulsar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres a través del sistema educativo.
-Integrar plenamente el principio de igualdad de trato y de oportunidades en todas las políticas y acciones del Gobierno.

A pesar del marco normativo que lo garantiza, cada día encontramos estadísticas que reflejan lo que todavía queda por hacer.

Hoy celebramos el Día Internacional de la Mujer, una iniciativa que nace con la finalidad de sumarse a impulsar la promoción de la igualdad de género y muere exactamente al acabar el día si no cuenta con tu compromiso.

Sólo con observar lo cotidiano, se manifiesta que nuestra sociedad tiene una asignatura pendiente. Lenguaje sexista, responsabilidad familiar para educar en igualdad de género, campañas publicitarias que se empeñan en debilitar el rol de la mujer, brechas salariales, son sólo algunos ejemplos.

Además, los escaparates refuerzan estereotipos sobre cómo las mujeres ilustran las campañas de pérdida de peso- como si fuera una cuestión de género- o las diferencias en el marketing editorial de las revistas, son algunas de las causas para el observatorio de la imagen de las mujeres.

Ya que me prestas tu tiempo para celebrar el 8 de marzo, te recomiendo una campaña solidaria que promueve la igualdad de género iniciada por ONU Mujeres. Su objetivo es involucrar a los hombres y niños como agentes de cambio para el logro de la igualdad de género y reivindicación de los derechos de las mujeres, animándoles a tomar medidas contra las desigualdades de género que enfrentan las mujeres y niñas. Se trata de involucrar activamente a hombres y niños en un movimiento que fue concebido originalmente como “una lucha de las mujeres por las mujeres”

Por último, si como yo crees que es cosa de todos, visita su página. www.heforshe.org

3 de marzo de 2016

Ensancha el alma


Esta semana dedico mi entrada a lo bonito que es echar de menos, y a todas las personas que desean hacerlo, bien sea para el recuerdo o para recuperar energía. Vale la pena que te echen de menos.

Noches en las que echas de menos con toda tu alma. Momentos, instantes que no dejan indiferente. Experiencias. Vidas tejidas con tela de araña que acaban siendo una novela.


Uno vale tanto como el valor de sus deseos. Cada personalidad gestiona su día como puede y es en los momentos complicados dónde se ve perfectamente la materia de cada uno. Del cómo actúa y cómo gestiona. En la práctica, se perciben signos que con más razón o acierto me parecen significativos para reconocer a una persona. Observa el lenguaje del cuerpo, la postura, los micro gestos, la ropa, el aspecto físico, la respiración, las manos, el lenguaje, las afirmaciones y negaciones, así se configura el ‘GPS personal’ que acompaña a lo vivido. Se puede oír lo que dicen las personas, sólo hay que aprender a escuchar.

Me desvivo por las personas que no quieren ser importantes porque saben que ya lo son y gestionan el detalle para que otros disfruten.

Adoro las personas que no piensan mal, las que mantienen posturas naturales y se conforman con lo que reciben, porque están en equilibro. Si reparten un beso, contagian buenos deseos y es en esa contra-trasferencia donde reside su generosidad.

Sólo sufrimos porque pensamos que las cosas deberían ser de otra manera. Dejamos de hacerlo aceptando la subida de pulsaciones y emociones condicionados al ritmo de la vida que en gran medida lo marcas tú. Lo que sucede siempre es lo mejor que podría haber sucedido.


Ser mejor, vivir intensamente y triunfar en la medida en la que los méritos lo permitan, contribuye a no sufrir unos por otros.