Miles de estudiantes confían en su débil criterio a la
hora de buscar el primer contrato laboral; Mientras los profesionales esperan
incorporarse de nuevo a la oficina esperando que les sorprenda algo que indique
el final de la crisis. En ambos casos, falla la metodología.
Lejos de intentar
forzar un empleo en una posición para la que se creen haber formado, los
estudiantes deberían inclinarse por aquello que les ayude a encontrar un buen
trabajo.
En las posiciones
más demandadas por las empresas importan menos los conocimientos y la
experiencia que las habilidades personales del candidato. Se necesitan personas
flexibles y con ganas de aprender. En este punto coinciden ambas experiencias.
Quién sea capaz de demostrar mejor sus habilidades en un mercado en constante
transformación, lo tendrá más fácil, la pericia se aprende y se adapta con el
tiempo.
Aparece en escena ser
capaz de adaptarse a los cambios y tolerar la frustración generada por falsas
expectativas. Tanto a estudiantes como a profesionales, la actitud es la que les abre
puertas.
Absolutamente todas
las profesiones tienen una parte que no despierta tanta pasión. Hasta detrás
del trabajo más trascendental hay muchas horas de gestión con agendas
complicadas. Otro aspecto a tener en cuenta, son las diferentes etapas en las
que coinciden los roles, bien sea en una promoción, cambios en procesos o
dificultades, hasta en estas condiciones necesitamos habilidades para comprender
el entorno. No todo ocurre en el mejor momento.
En la actualidad,
todos los sectores necesitan cambiar continuamente para adaptarse a las
necesidades del mercado y ciertamente las empresas no lo hacen solas. Son sus
profesionales los que consiguen agarrarse a lo que flota.
Así mismo, tanto
educación como empresa necesitan cambiar su metodología. Se podría empezar por
refrescar la Universidad, adaptarla a las necesidades actuales, menos
burocracia y más gestión del talento con un enfoque práctico. Incluir aspectos
relacionados con el conocimiento de uno mismo y mejorar habilidades en las que
los programas formativos tienen carencias. La sociología de las organizaciones
debería gestionar un entorno amable y mantener la competitividad alejada de
líderes agresivos que presionan al empleado. Ofrecer un entorno controlado por feedback
de desarrollo constante que anima a la mejora continua y favorece la
productividad. Hay demasiada gente que no quiere volver al trabajo.
Talentos emergentes
y consagrados, no os voy a dejar una frase motivacional para la vuelta de
vacaciones. La psicología de la motivación es mucho más que un contenido
genérico a la espera de una dosis de euforia, comparto 3 puntos para controlar
los números de diciembre:
3-Evita caer en la rutina inmediatamente.
2-Prioriza actitud y aptitud
1-Revisa los objetivos y define unos propios.
¡Felices vacaciones!
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