La mente en blanco
Siempre pensé que nuestro diálogo interior se nutre de lo
que vivimos, el medio que elegimos para informarnos y la manera en que somos
conscientes de nuestros actos.
Hasta hoy he intentado mantener el pulso a mi diálogo interno ¿Qué me
cuento? ¿Qué me repito?
Con el tiempo, desarrollamos pensamientos automáticos y
razones para evitar lo que nos molesta pensar o admitir. Disonancia cognitiva,
es el término técnico que define este
concepto, y que para entendernos lo llamaremos tendencia a la
autojustificación.
A todos nos suenan frases tipo:
‘’No estaba para mí’’- ‘’ Ya sabía yo que me vendría de
vuelta’’- ‘’No era lo que me habían contado’’ ‘’ Me vi obligado a tomar esa
decisión’’
Son algunos ejemplos sobre lo que comentamos para aliviar
el malestar que supone enfrentar la verdadera causa.
La principal razón de este comportamiento la generan los
pensamientos contradictorios, la inseguridad, o simplemente la necesidad de
disfrazar nuestras acciones para evitar que se conozca la verdadera intención.
Manteniendo este comportamiento, nos mentimos a nosotros
mismos.
Hablar en primera persona, desde el YO, hace que tomemos
conciencia para llamar a las cosas por su nombre. No pasa nada si nos hemos
equivocado, aprendiendo del error se consigue avanzar.
Ya que nuestra cultura, a nivel pedagógico, no ha tenido en
cuenta el error, es hora de que le demos
su espacio. Gestionar las equivocaciones supone crecer. Termina con la rutina
de echar la culpa a circunstancias externas, sólo hará que te bloquees y te
quedes en un bucle. Decide cómo te enfrentas a ellas. Decide mirar la realidad de
frente.
Pedir perdón, o admitir que alguien es bueno, no hace daño.
Ser generoso con los demás y hablar bien de otros, es lo
mejor que puedes hacer por ti y por los que te escuchan.
‘’Las verdaderas
batallas se libran en nuestro interior’’
Sócrates