7 de junio de 2016

Positive

Nunca es tarde para descubrir algo sobre ti. Los editoriales de este blog aspiran a poner foco en la persona para promover su desarrollo personal. Se acerca el fin de temporada para escuelas y universidades, campos de acción efectivos para cultivar semillas únicas. Aquí empieza el crecimiento.

Planes, curriculum  y evaluaciones escriben sus últimas páginas y cierran el capítulo anual. Al mismo tiempo, la transformación del paradigma educativo está sobre la mesa de numerosos organismos que pelean por cambios en leyes y reválidas. Cabe destacar la importancia de nuevas alternativas como el  homeschooling con seguidores que trabajan por homologar escuelas y comunidades educativas más abiertas y flexibles para todas las edades.

Teniendo en cuenta lo anterior y las últimas investigaciones que nos deja la neurociencia pedagogía, psicología, y todos los campos que intervienen en lo relativo al aprendizaje real, mi guiño será a la psicología positiva (Seligman 2011) como impulsora de las emociones positivas que se asocian con el pensamiento creativo y con óptimos niveles de atención y de productividad. Cualquiera que sea el sistema de aprendizaje ha de preparar a estudiantes y adultos para prosperar en el aspecto psicológico, físico, social y académico sin olvidar ninguno de los anteriores.

Todos hemos sufrido algún año académico o profesional con escasos disparadores emocionales para fortalecer o guiar el desarrollo personal y lograr un impacto en nuestra vida; En ocasiones nos hemos visto desatendidos.

No existe una receta única, pero parece imprescindible señalar las fortalezas y las habilidades  que nos ayudarán a agarrarnos a lo que flota en situaciones límite.
En este sentido la psicología positiva propone en su modelo científico PERMA cinco elementos, los cuales forman el acrónimo PERMA en inglés: Positive emotion (emoción positiva), Engagement (involucramiento), Relationships (relaciones), Meaning and purpose (sentido vital y propósito) y Accomplishment (logros y competencia).

Necesitamos identificar rasgos de carácter en aulas y despachos que nos equilibren de manera sostenida, poco ayudan motivadores extrínsecos, pilares del exceso que impulsan a jefes y tutores a dar, para no recibir. No se trata de medir el nivel de felicidad, consiste en medir los cuadrantes motivacionales para vivir en equilibrio.

La orientación de la psicología positiva, permite poner los valores en acción para desarrollar una personalidad que pueda contribuir al propio bienestar fortaleciendo con sus acciones a la sociedad.

Profesionales o estudiantes, optimistas y pesimistas protagonizan cambios ampliando visión y experiencia con historias que nos gustaría que nos pasaran, lo de menos es imaginarlo como felicidad.

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