Nunca es tarde
para descubrir algo sobre ti. Los editoriales de este blog aspiran a poner foco
en la persona para promover su desarrollo personal. Se acerca el fin de
temporada para escuelas y universidades, campos de acción efectivos para
cultivar semillas únicas. Aquí empieza el crecimiento.
Planes, curriculum y evaluaciones escriben
sus últimas páginas y cierran el capítulo anual. Al mismo tiempo, la
transformación del paradigma educativo está sobre la mesa de numerosos
organismos que pelean por cambios en leyes y reválidas. Cabe destacar la
importancia de nuevas alternativas como el
homeschooling con seguidores que
trabajan por homologar escuelas y comunidades educativas más abiertas y
flexibles para todas las edades.
Teniendo en cuenta lo anterior y las últimas investigaciones que nos deja
la neurociencia pedagogía, psicología, y
todos los campos que intervienen en lo relativo al aprendizaje real, mi guiño
será a la psicología positiva (Seligman 2011) como impulsora de las emociones
positivas que se asocian con el pensamiento creativo y con óptimos niveles de
atención y de productividad. Cualquiera que sea el sistema de aprendizaje ha de preparar a estudiantes y
adultos para prosperar en el aspecto psicológico, físico, social y académico
sin olvidar ninguno de los anteriores.
Todos hemos sufrido algún año académico o profesional con escasos
disparadores emocionales para fortalecer o guiar el desarrollo personal y
lograr un impacto en nuestra vida; En ocasiones nos hemos visto desatendidos.
No existe una receta única, pero parece imprescindible señalar las
fortalezas y las habilidades que nos
ayudarán a agarrarnos a lo que flota en situaciones límite.
En este sentido la psicología positiva propone en su modelo científico
PERMA cinco elementos, los cuales forman el acrónimo PERMA en inglés: Positive
emotion (emoción positiva), Engagement (involucramiento), Relationships
(relaciones), Meaning and purpose (sentido vital y propósito) y Accomplishment
(logros y competencia).
Necesitamos identificar rasgos de carácter en aulas y despachos que nos
equilibren de manera sostenida, poco ayudan motivadores extrínsecos, pilares
del exceso que impulsan a jefes y tutores a dar, para no recibir. No se trata
de medir el nivel de felicidad, consiste en medir los cuadrantes motivacionales
para vivir en equilibrio.
La orientación de la psicología positiva, permite poner los valores en
acción para desarrollar una personalidad que pueda contribuir al propio
bienestar fortaleciendo con sus acciones a la sociedad.
Profesionales o estudiantes, optimistas y pesimistas protagonizan cambios ampliando
visión y experiencia con historias que nos gustaría que nos pasaran, lo de
menos es imaginarlo como felicidad.
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