Estas jornadas de confinamiento han de servir para algo más que evitar
infecciones. En tu cuarto interior se encierran otros sentidos que servirán de
puente para construir el cambio. Impulsa tu creatividad y adelante.
Retomo el blog, impulsada en parte, por algunos mensajes vía LinkedIn de estudiantes a punto de terminar sus proyectos firmados con la
emoción ambigua del momento vivido. Su incertidumbre para abordar el cambio, me plantea el mensaje para este post.
Independientemente de la edad o
situación laboral, el cambio se dará en todos los que pretendan conservar o
retomar su empleo a la vuelta del ERTE.
La crisis sanitaria está
despejando dudas sobre temas que teníamos pendientes de valorar, o en su caso
implantar, y que responden a:
El acto comunicativo,
entendido como dinámico y circular; nos sigue costando bastante a pesar de la
cantidad de artículos y formación que sobre este tema hay en el mercado.
Hemos comprobado la ausencia de
objetivos en cada información diaria. No hemos estado atentos a resonancias que
nos llegaban de los expertos, y como consecuencia, no hemos podido trasladar a
nuestro entorno lo que pedía.
Seguimos cada día con nuestras
obligaciones. Los empresarios han comprobado que el trabajador responde y es
productivo. En este sentido el teletrabajo se instalará en nuestra
jornada.
El avance tecnológico pide
paso en nuestras futuras inversiones a la hora de rentabilizar cada unidad de
negocio.
Unido a lo anterior, tendremos
que aprender a agruparnos de forma más saludable adaptando nuestras medidas de
seguridad e higiene a la nueva simbología de nuestro lenguaje no verbal,
incluida la distancia de seguridad.
Teniendo en cuenta el
desabastecimiento temporal que ha provocado esta crisis, se tenderá al
consumo más próximo, al proveedor km0 que ofrezca un buen servicio y un
producto diferenciado. Es hora de
reinventarse. Frente a cualquier crisis no queda otra que actualizarnos si queremos seguir creciendo.
Aquí el punto de encuentro.
Estudiantes, trabajadores
iniciando sus carreras, aquellos en busca de ascenso, o los que verán limitadas
sus opciones por un desempleo a una edad complicada, tenemos por delante
semanas para pensar si queremos abordar algún cambio en la manera de vivir y
trabajar. Toca descubrir todos los sentidos que se acumulan en nuestro cuarto
interior y ponerlo al servicio de nuestro plan B. ¿Todavía no lo has pensado?
Es el momento.
Si miramos atrás veremos cuántas
veces hemos hecho esto. ¿Piensas hoy en día lo mismo que años atrás?
Por poco que investiguemos lo que
el mercado ofrece, comprobaremos que nunca como hasta ahora ha habido tanta
oferta para generar cambio. Coaching, PNL, consultoría técnica, ponen a nuestro
alcance formas de abordar el cambio.
Responde a estas cuestiones sobre ti mismo/a, en situaciones definidas; con otra mirada, pueden armar nuestros primeros apuntes:
¿En qué situaciones haces
esfuerzos adicionales? ¿Por qué te compensan?
¿Cómo aumentaste ingresos
/objetivos en los proyectos para los que trabajaste?
¿Cómo impulsaste un cambio en
positivo?
En las situaciones complicadas,
has tenido que enfrentar problemas inesperados, mala comunicación, relaciones
difíciles etc. ¿Cuál era tu rol y cómo lograste solucionarlo?
¿Cómo describes el aprendizaje de
tus errores?
¿Todo lo anterior es verdad?
¿Quién serías sin esos
pensamientos?
Lo que has decidido plantear ¿Mejorará
o empeorará tu vida?
La verdad después de todo está en
tener la capacidad de afrontar las cosas de un modo nuevo sin que nada anterior
estorbe y haga de barrera entre uno mismo y lo que es.
(J. Krishnamurti)
Esperemos que la propia vida vaya
haciendo camino.