17 de octubre de 2014

GIMNASIA EMOCIONAL



El 53% de las emociones que se expresan en el trabajo, corresponde al enfado, frente a un 19% que expresan personas contentas o felices. Acción inicial que presentó en la Fundación Barrié, David R. Caruso, Ph.D.Universidad de Yale. Autor de ‘’The Emotionally Intelligent Manager’’. 

¿Cómo te sientes? Con esta educada apertura, nos invitó a revolver nuestro aparente orden emocional para distinguir la importancia de reconocer con un amplio lenguaje, las emociones individuales.
Las personas capaces de entender su información emocional y nombrarlas con un lenguaje apropiado, dominan su autocontrol y evitan las situaciones límite que desencadenan terribles conclusiones.

Es aconsejable medir la inteligencia emocional como una  habilidad, no sólo para conocerse mejor uno mismo, también para diferenciar en otros, sensaciones verdaderas.
Los líderes emocionalmente inteligentes, adaptan su gestión al equipo, comprueban en cada persona lo que necesitan y según su criterio, adaptan el discurso.

Aprensión-preocupado-atemorizado-fastidiado-enfado-furioso-desilusionado-triste-interesado-sorprendido-estupefacto-lleno de desprecio-asqueado-azorado-feliz-alegre-extasiado-relajado, estas son algunas de las propuestas de Caruso para desarrollar lenguaje emocional. 

¿Cómo estás? Pude dar lugar a otras percepciones que se alejan del popular  “siempre bien” –en recuerdo a un compañero- o “mal”, como expresión en demasiadas ocasiones. Las emociones contienen datos. La inteligencia emocional es una habilidad que se puede entrenar y medir en organizaciones inteligentes.

Estos increíbles encuentros, a los que agradezco con devoción los enfoques que nos dejan, reorientan nuestra gestión y son objeto de numerosas investigaciones,  apoyadas en teorías que conducen al éxito. Naturalmente, existen  jefes que nada tienen que ver con esta corriente.  Entre la diversidad, encontramos personas que gritan, amenazan y presionan para conseguir resultados .Verdadero. Existen además personas que promocionan estos comportamientos. Correcto.

La mala organización del trabajo (Exigencias, contenido de las tareas, desempeño de rol) relaciones interpersonales que no se cuidan y el tiempo de trabajo que tampoco ayuda (horarios, turnicidad,  conciliación) no fomentan una buena base para una actitud saludable, en todos los casos, somos dueños de nuestra conducta.

Las conclusiones exitosas a largo plazo, son las que deben ser nuestro referente. La mala gestión a corto plazo, estresa y a largo no es sostenible.

“Es fácil recordar para quién tiene memoria, es difícil olvidar para quién tiene corazón”
Gabriel García Márquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario