3 de octubre de 2014

INSPIRACION INNATA



Dedicar tiempo a que la gente encuentre su verdadera identidad para que la ponga al servicio de su trabajo y favorecer así el entorno productivo, es una tarea singular. Es en este punto dónde se comprueba en qué áreas hay desarrollo potencial.

Ya que somos únicos, cada persona debería intentar ser distinto a los demás, porque de lo común, ya hay demasiado. La personalidad se distingue de la competencia y se desarrolla con la edad. Se organiza en los pensamientos, sentimientos, actitudes, hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones.

En algún momento, ocurre algo que despierta una vocación (principalmente en la juventud) esto puede ser imprevisto o tal vez, buscado inconscientemente.
En ocasiones, la carga genética define, aunque no está comprobado, son muchas las ocasiones en las que uno aprende lo que vive.

En España, no se contempla en época de finalización académica, sin embargo, la cultura americana, define y compara, job (trabajo) career (cursos, entrenamientos especiales, estudios) y calling 
(vocación), para intentar maximizar la carrera profesional.

Si dejas en manos del destino o de la voluntad de un entrevistador, la reflexión de tu personalidad, perderás la sensibilidad, sutileza y percepción de tus cualidades. Perderás todos los atributos que te distinguen y pasarás al estado ‘trabajador’, palabra muy utilizada en el mundo laboral, que viene siendo, el genérico de empleado.

Si te cuestionas un cambio en tu ocupación, pregunta a otros sobre lo que haces bien. Piensa en las condiciones que se dan, cuando mejor te sientes y en qué te refugias cuando no tienes nada que hacer. Estas pequeñas descripciones contienen pistas para cambiar las cosas de lugar, comprueba a dónde te llevan.

Lo que más nos aproxima a reconocer pistas sobre nuestra identidad, puede ser un test escolar olvidado o alguna prueba psicométrica laboral. Estos informes, devuelven los datos en  base a comparaciones estadísticas de grupos, en ocasiones, con características diferentes.

Cada persona al nacer ya tiene su propia personalidad con ciertas características propias.
Hay pruebas de peso que apoyan la creencia de que también el temperamento y la inteligencia están genéticamente determinados.

La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, nos puede ayudar a identificar nuestro potencial en cada una de ellas. Pluraliza el concepto tradicional de inteligencia y lo deriva a habilidades, a capacidades y talentos para resolver problemas.
Puesto que todas las inteligencias forman parte de la herencia genética humana, todas se manifiestan, como mínimo en su nivel básico, independientemente de la educación y del apoyo cultural.
Todos tenemos un repertorio de capacidades adecuadas para resolver distintos tipos de problemas.  Comenzamos brevemente la descripción de las siete inteligencias.

Inteligencia musical: Percepción y producción musical
Inteligencia cinético-Corporal: Control de movimiento corporal-Deporte
Inteligencia lógico-matemática: Deducción y observación. Proceso de resolución de problemas, extraordinariamente rápido
Inteligencia  lingüística: Responsable de la aparición de oraciones gramaticales
Inteligencia espacial: Visualización de objetos desde ángulos diferentes- artes visuales y el uso que dan al espacio.
Inteligencia interpersonal: Capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás: en particular, contrastes en su estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones.
Inteligencia intrapersonal: Habilidad para el conocimiento de los aspectos internos de una persona.
 
Queda a vuestro criterio, la interpretación de cada una de las inteligencias. La búsqueda de rasgos que os identifiquen, definirá vuestras mezclas. Aunque impera la tendencia biológica, a medida que avanza el desarrollo se expresan en carreras vocacionales y aficiones.

Explora en: Inteligencias múltiples- Howard Gardner, Paidos Iberica 2005 (384 págs)

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