Vuelve septiembre para rescatar
lo que tiene más valor. El indiscutible mes para la puesta a punto, actualiza
todo lo necesario para ponerlo al servicio de los objetivos. Bienvenido al post
del cambio; con o sin efecto catalizador, estamos de vuelta.

“Hagamos tostadas: yo
las quemo y tú las raspas” esta frase ejemplifica la forma errada de hacer las
cosas y anima a intentar hacerlas bien a la primera. Antes de consumir nuestro
esfuerzo y la mayor parte del tiempo y energía, dediquemos una tarde a mirar
apreciativamente para concluir lo que nos conviene. Lo que buscamos es lo que
encontraremos, de manera que lo más práctico es ajustar exactamente lo que
queremos para acertar a la primera.
Normalmente sólo el
hecho de búsqueda ya produce cambios. La gestión apreciativa, contempla la
posibilidad de buscar opciones antes de centrarnos en solucionar el problema en
cuestión. La formulación de preguntas en positivo, nombrando lo que nos
gustaría ver desde las fortalezas, favorecerá el diseño del plan de acción que
nos lleve a la mejora, y en consecuencia a erradicar lo negativo. Aumentar las
emociones positivas conduce al éxito.
En una metodología de cambio necesitarás acción para comprobar la mejora en un intento por movilizar una situación determinada. El enfoque dirige tu talento y éste será útil si está centrado en lo positivo, lo contrario a uno basado en el déficit. La perspectiva apreciativa genera propuestas de mayor calidad, bien sea para resolver problemas, para gestionar con creatividad o en cualquier actividad de planificación y desarrollo. Con una actitud abierta llegarán las preguntas adecuadas.
Ahora puedes formular
capturando la inquietud de aquello que deseas alcanzar, pronto llegarán
resultados positivos.
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