Cuando cobras tu salario
el día se ve diferente. En mínimos o máximos, el salario es una de las cosas que
más se calcula y se discute de forma regular. Actualmente están congelados y con
razón, nos dejan fríos.
Aunque la insatisfacción es general, mujeres, nuevos empleados y sectores
castigados por la crisis, tienen más motivos para estar descontentos. Y es que
las grandes empresas crean más empleo pero congelan salarios.
Con este escenario se hace difícil conseguir metas a corto plazo, la dosis
de esfuerzo nunca ha estado tan barata. Si a esto le añadimos variables
sociodemográficas, el escenario se complica. La brecha salarial que existe
entre hombres y mujeres continúa en porcentajes de dos cifras sin importar la
magnitud de los recibos. Hasta las estrellas mejor pagadas, ganan el doble si
son hombres.
¿Y a mayor formación, mejor retribución? La respuesta admite tantas
opciones como empleadores consultemos. La tendencia es que las empresas aplican
sus tablas salariales pactadas en acuerdos colectivos, mientras la experiencia
se valora como aval de éxito. Si tu trabajo se ajusta a las leyes españolas y a
los convenios internacionales, puedes afirmar que tienes un trabajo decente.
El salario es el precio pagado por el trabajo y como tal se comporta como una
variable sensible objeto de presión. A lo largo de mi experiencia ligada al
mercado laboral, nunca antes había visto con tanta frecuencia a profesionales
que aun siendo honestos con su trabajo, saben que recibirán exactamente la
misma cantidad de dinero cada año y en principio, por tiempo indefinido. La
desigualdad entre salarios ha crecido con fuerza durante la crisis.
Ante tal circunstancia no conviene abandonar el ánimo de crecer, sobre todo
en franjas de edad en la que se debe cimentar la carrera profesional. En aras
de buscar nuevas oportunidades, necesitarás poner sobre la mesa proyectos bien
enfocados, con buenos resultados que como efecto secundario, consigan
empoderarte fuera de tablas.
Los grupos grandes incorporan a su gestión Bienestar corporativo, como
moneda de cambio para
ofrecer en sus programas prestaciones sociales. Desde vales de comida,
ayuda para guardería, seguro de salud, vales de vacaciones, clases de idiomas ,
plan de pensiones y hasta cuotas de gimnasio, estas medidas afectarán
positivamente a tu bolsillo.
Si tienes opción de negociar:
1 I Pide explicaciones sobre las responsabilidades y metas que asumes.
2 I Muéstrate flexible para hablar de cantidades pero indica la banda en la
que te has mantenido en
los últimos tiempos.
3 I No exijas una cantidad fija, selecciona un rango.
4 I No te cierres a intangibles puede ser lo que flota en tu sector.
5 I Recuerda que de todas las cosas que tienes, tu actitud es la más
válida.
La cantidad estimada debería decidirse atendiendo a presupuestos,
experiencia y cualificación aunque no siempre impera el mismo criterio en
políticas salariales.
Me enfrento a este post inspirada por leyes laborales comparadas, sabiendo
que las estadísticas no entienden de
emociones, de prolongaciones de jornada, de horarios ni mucho menos, reflejan la
ilusión que han puesto en sus carreras trabajadores Vip, profesionales altamente
cualificados, o con baja cualificación, todos ellos sometidos al coste de la
vida en España.
Salario deriva del latín salarium,
que significa 'pago de sal'
o 'por sal'. El término proviene del antiguo imperio
romano, donde muchas veces se hacían pagos a los soldados con
sal, para conservar la carne. Espero que no sintamos, todavía más, la sed de reconocimiento agobiados
por una carrera sin meta.
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