22 de abril de 2016

Camarero, el café está frio

Damos altas, bajas, nos cambiamos de actividades. Probamos otra nueva, y al final nos quedamos cuando la persona marca la diferencia. Incluso cuando nuestro humor interpreta que el café está frío, el estímulo lo provocan unos pocos a los que dedico este post.


Quiero dedicar un minuto a explicar lo que uno siente cuando disfruta, cuando se emociona. La confianza ciega en la persona que te facilita el entorno para que puedas desarrollarte, es un impulso que sólo consiguen activar los creadores de espacio.

A menudo nos encontramos con personas que se incorporan a su actividad, bien sea técnica o de servicio, con un desempeño más o menos aceptable aunque muy lejos de su rendimiento óptimo. Personas altamente motivadas, con niveles altos de conocimiento no llegan a rendimiento óptimo porque ‘desinflan su ilusión’ afectando a su desempeño.

El entusiasmo ejerce como modulador de la voluntad, afectando positivamente al comportamiento. Es una potente herramienta que motiva a largo plazo favorecido la consecución de resultados. En ocasiones, ni siquiera la falta de recursos, son consecuencia del deterioro de un proyecto, los entusiastas encuentran tesoros en la adversidad.

Si eres de los que transmiten entusiasmo, puedes aprovechar esta habilidad para favorecer tu carrera, actualmente se valora para incrementar los resultados tanto a nivel individual como colectivo:


-Alguien que consigue que nunca mires el reloj.

-Te encuentras con un nuevo procedimiento. Lo explicas en dos instrucciones sencillas. Nadie pregunta, no hay protestas. Tu objetivo es no complicarle la vida a nadie.

- Sirves cada día el menú como si se tratara del más preciado showcooking.

- Das cada clase como si fuera única. Consigues que a la gente le apetezca volver mañana. Manteniendo la ilusión, moldeando conductas ilusionantes.

-Eres el jefe al que todos quieren unirse porque el nivel de exigencia se compensa con creatividad, pasión y camaradería.

Ojalá nos encontremos mucho de lo anterior, y poco con asesinos de la ilusión.

Pocas cosas dan tanta vida como la constancia que favorece una evolución, obtenida  por el esfuerzo de aguantar en esas horas bajas. Todo da igual si es con cariño, si manejas las situaciones con respeto, si fortaleces vínculos, si ofreces ayuda.


Si vuelves cada día al mismo sitio es porque alguien lo hace diferente, aunque a veces el café esté frío.

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